Generalmente la bombilla se enciende cuando uno ya está preparado
para recibir esa información. Esa frase sólo la uso cuando realmente me da
todo igual, y lo único que quiero es luz, no quiero ganar ni perder, ni tener
la razón, sólo ver, y por eso se me da, pero
antes de llegar a esa petición ya se han fraguando unas cuantas batallas. Es
sólo el final, como cuando vemos que un niño rompe r a caminar o hablar, nada
de eso sería posible, si antes no hubiese practicado sin descanso. Es una
acumulación de conocimientos y esfuerzos que hace que algún día se rompa el
cascarón, y aparezcan retazos de luz que apaciguan el camino, y nos permite
descansar durante una temporada al ser conscientes del sendero a
seguir, o al menos a divisar, aunque aún no nos atrevamos a caminar, pero al
menos no hay engaño, ni la frustración que genera querer cambiar un mecanismo y
no poder, al no ver nada más allá de lo conocido.
En una de esas reflexiones recientes, me llegó espontáneamente
algo que ya sabía, y que aún así lo sentí como nuevo, por la profundidad de
donde brotó:
"
Todo llega cuando estás preparado para recibirlo"
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