Hoy en día muchos niños inteligentes fracasan
académicamente, y no reaccionan ni prometiéndoles de todo. Es importante
ahondar en la causa de tal fracaso: puede ser que lo que estudien sea explicado
de forma aburrida y tediosa, y los niños de hoy en día son demasiado vivos como
para asimilar la información de una forma tan arcaica; en otras ocasiones
reflejan un problema emocional subyacente: niños con carencia emocional que
necesitan de padre y madre y apenas tienen el contacto de los dos, dificultades
de sociabilización en el colegio, separación de sus padres, nacimiento de un
hermano, etc. . Hay que averiguar qué le está pasando, por dónde está
transitando.
Cuando un niño tiene dificultades de tipo emocional, es
muy fácil que esto se refleje académicamente. Para aprender, necesitamos estar
vivos, interesados, curiosos y equilibrados emocionalmente. El estudio requiere
concentración, y todos sabemos que cuando no nos encontramos bien, estamos más
despistados, desorientados, menos motivados a realizar trabajos que requieren
concentración y cierta disciplina, así que desde de mi punto de vista el
equilibrio emocional es una variable a tener en cuenta si queremos tener cierto
éxito académico.
Dori Pena Gayo – Psicóloga
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